Blog en obras! xD

Hallo chicas!!! Como stais??
Ahora mismo le estoy dando unos cuantos retoques al blog, asi que no os extrañeis si meto la pata y pongo algo donde no es, o si veis algo que no acaba, etc etc. No soy mu buena con estas cosas y ya con falta d tiempo ni os cuento xD Asi que paciencia, pero SEGUIRE ACTUALIZANDO CON NORMALIDAD TODOS LOS DIAS!!! Asi que seguid visitando el blog, y dejando comments y opiniones, que es lo que mas me gusta de hacer un blog!!
Os adorooo!!
La loca de la admi,
PauLi!!!!

Fotukiss

jueves, 13 de marzo de 2008

Capitulo 4

Capitulo 4 (Paula)

Cogimos un taxi y llegamos al hotel, en el centro de NY. Era súper chulo, y desde nuestra habitación se podía ver casi toda la ciudad. Dejamos las maletas, y nos fuimos a dar un paseo.

M: Ay, Paula, mira donde estamos!!

P: Wow!

M: Este viaje va a ser mejor de lo que pensábamos, no?

P: Of course, Mery!!! jaja

Y empezamos a sacar fotos a lo loco.

Llegamos al hotel como a las 9 de la noche. Mientras Maria se duchaba, yo preparaba el armario, pero fui interrumpida por el móvil: tenía un mensaje. ¿Podía ser…?
Corrí y me tiré en la cama, donde estaba el teléfono, y leí el mensaje:

Restaurante Night a las 11???

P: Maria, Mariaa!!! Ven rápido!!!!

Cuando Maria, enrollada wn una toalla, salió corriendo del baño, le tiré el móvil para que ella misma leyera el mensaje. Se quedó tan pálida como la toalla.

M: Tú crees que son ellos???

P: Maria, ¿quién más va a ser?

M: Es una cita???

P: Mery, no te adelantes, jeje…

M: UuU, jaja…

Nos vestimos con los mejores vestidos que encontramos.

P: Si esto va a seguir así, hay que ir urgentemente de compras! Jeje

Cogimos el primer taxi que pasó y le dimos en nombre del restaurante. Menos mal que el taxista sabía la dirección, porque sino, habríamos tenido un problema.

Cuando llegamos al restaurante, no había señal de ellos, así que nos sentamos con cuidado en una fuente cercana a esperar.
La depresión ya se nos notaba en las caras. Esto parecía los primeros versos de 1000 meere. Mi móvil sonó.
Ya está – pensé- no han podido venir.
Pero el mensaje no era ese.

Mirad detrás vuestro.

Miré a Maria para una explicación, pero ella ya había obedecido al mensaje, y su cara no podía tener más alucinación. Así que yo también me giré.

Allí estaban los cuatro, sonrientes. Iban todos de chaqueta negra, a la excepción de Georg, que la llevaba marrón oscuro. Empecemos por Bill: un ángel caído del cielo. Su pelo brillaba divinamente, y su sonrisa mostraba su timidez, pero deseos de impresionar. Y sus ojos… dos piedras preciosas jugando con la luz. Me estaba imaginando la cara de Maria, pues el asombro no me dejaba apartar la mirada para verla.
Gustav debía estar riéndose internamente de nuestras caras de bobas, y tenía una cara de juguetón que cualquiera soñaría con ella de por vida.
Georg tenía el pelo más planchado que nunca, y el atractivo era inmejorable. Pero yo sólo tenía ojos para una persona: Tom.
Jamás me había imaginado a Tom con chaqueta, pero no me decepcionaba. Jamás le había visto tan arreglado, y estaba realmente guapo guapo. Sus ojos estaban clavados en mí, y cuando los míos se fijaron en los suyos, una media sonrisa se dibujo en su cara. En ese momento yo era mantequilla en un horno a 100º.

Ge: ¿Qué tal vuestra llegada a NY?

Pegué un pequeño bote, e intenté sonreír.

P: Eh… bueno… genial, estamos muy contentas. ¿y vosotros?

T: Muy bien, también.

M: Me alegro.

Entonces miré a Mery. Como había supuesto, se había quedado observando a Bill como si él fuera la cosa más bonita en el mundo entero. Ahora sonreía a Bill, como él a ella, y yo creí que jamás había sido más feliz en su vida.

Georg, como siempre, fue el primero en acercarse y saludarnos como Dios manda, y después llego Tom rápidamente a darme dos besos. Maria y yo nos miramos disimuladamente, ella al lado de Bill, y yo casi en los brazos de Tom. Ella me sonrío nerviosa, y yo le respondí con otra.

B: Bueno, ¿qué queréis hacer?

M: Lo que mejor os parezca.

Gus: Nos tomamos algo y nos damos un paseo por el barrio?

A todo el mundo le gustó la idea, y entramos en el restaurante.
De repente, Tom se acercó a mi oído (causándome que casi perdiera el control) y me dijo:

T: Me encanta como te queda el vestido.

CONTINUARÁ…

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