Capitulo 10

Capitulo 10 (Maria)

Había sido el mejor día de mi vida.

B: Bueno, hay dos opciones: una, ir a la disco, o dos, dejaros en casa para que descanséis.

P: Ya sabéis mi respuesta…

T: La mía es la misma.

Bill me miró.

M: Lo que tú quieras.

B: Venga, ¿vamos a divertirnos un rato?

M: Muy bien!

T: Alguien sabe dónde hay alguna disco chula?

Chofer: Yo sí!!

T: Ay, siempre podemos contar contigo.

B: Bueno, entonces al hotel de las chicas, que seguro que quieren cambiarse… y luego al nuestro.

M: A qué hora nos venís a recoger??

T: A las doce, os parece?

P: Muy bien, impresionarnos!! jeje.

Salimos del coche. Sacamos todo el armario en búsqueda de algo para ponernos. Había que impresionar a Bill Kaulitz!
Al final elegimos Paula una mini falda (no muy corta, obviamente, Paula era una chica responsable) y una camiseta brillante, con dos coletas blancas, y yo unos pantalones piratas con una camiseta ancha. Las dos tuvimos mucho cuidado de no parecer p****, pero nos pusimos lo más guapas posible.
Esperamos ansiosas la llegada de la hora. El móvil de Paula sonó.

P: Sí??... hola! ... sí, ya estamos… muy bien… un beso.

No necesitaba explicación, y cuando Paula colgó, yo ya tenía la puerta abierta. Como siempre, bajamos las escaleras corriendo, y ahí estaban.
Esta vez, los que se impresionaron fueron ellos. Los ojos se les abrieron como platos. No pude ocultar una sonrisa coqueta.

T: Qué? Poneros guapas es un hábito vuestro?

Risas.

Entonces fue cuando me di cuenta.

M: Y Georg y Gustav?

B: Se han quedado en el hotel jugando a la Play. No les apetecía venir.

M: Ah.

Nos quedamos un rato quietos, sin decir nada. Lo único que había ahí en ese momento para mí era Bill. Para Paula, Tom, para Tom, Paula, y para Bill… yo? A cruzar los dedos!

T: Bueno, vamos?

P: Venga.

Entramos en el coche. En diez minutos más o menos llegamos. Era un edificio bastante normalillo.

Chofer: Esta es una buena discoteca, según lo que me han informado, pero segura. De todas formas, tened cuidado, que si no, Saki me mata!

P: Muchas gracias.

Salimos del coche, y entramos en la sala. Estaba súper chula. Inmediatamente, nos pusimos a bailar, tímidamente. No había mucha gente, pero tampoco poca. Era perfectamente aceptable. Primero pusieron música variada, y luego empezaron las salsas y merengues.

T: Bailas, Maria??

Miré a Paula dubitativamente. No quería darle celos, que eran muy malos. Pero ella asintió tranquilamente. Confiaba en mí, y sabía que yo estaba demasiado enamorada de Bill como para coquetear con Tom.
Así que yo acepté, y empezamos a bailar. Bill, ya riendo pidió un baile a Paula, que ella aceptó divertida.
Ninguno de los cuatro era experto en bailar salsas y merengues, pero nos lo pasamos en grande. A veces miraba de reojo a Bill, y veía que no paraba de reír, dando vueltas a Paula, y siguiendo sus pasos.
Cambiábamos de pareja, bailábamos juntos, de todos. De repente empezó una canción que nos trajo muchos recuerdos a Paula y a mí.

B: Qué pasa?

M: No, nada. Es que esta canción la bailamos en un hotel una vez.

B: A sí?

M: Sí…

T: Bueno, pues entonces bailádnosla!

Miré a Paula, a ver cómo había reaccionado. “Todo lo que digan, Mery” parecían decir sus ojos.
Empezamos a bailar. Bill y Tom nos miraban con curiosidad. Miré a Paula, pero ella ya se había soltado.
La canción siguió, y empezaron las palmadas. Todo el mundo nos miraba!! Yo estaba haciendo un esfuerzo enorme por ocultar mi vergüenza y quedarme como una boba, ahí quieta.
Cuando la canción terminó, todos empezaron a aplaudir. Paula sonreía, satisfecha, pero se apartó rápidamente de la multitud. Las canciones empezaron de nuevo, y pronto nadie se acordaba de nosotras, para nuestro alivio. Bill, riendo se acercó.

B: Joder, bailáis de muerte!!

M: Jaja! Tampoco es para tanto…

B: Pues Tom se comía con los ojos a Paula…

T: BILL!!!!!

Bill y yo nos reímos, y Paula se puso roja como un tomate.

Finalmente, salió una canción lenta. Después de un momento de duda, Tom atacó.

T: Bailas??

Paula se quedó sin habla primero, pero al final le cogió la mano y se fue con él.
Pasó un tiempo, y cuando ya pensaba que jamás me lo iba a pedir, Bill se giró.

B: Bueno, bailas conmigo?

M: Claro.

Así que empezamos a bailar. Bill era súper alto, pero gracias al cielo, llegaba a su cuello.
Estuvimos un rato callados, pensando en nuestras cosas. Miré a Paula, para vigilar. Tom la agarraba con delicadeza por la cintura, y su frente estaba apoyada en la de Paula. Pero no parecía haber llegado más lejos que eso. Paula tenía los ojos cerrados, y en ese momento estaba tocando una rasta de Tom.

B: Qué monos, eh??

M: jeje, sí.

B: Me parece que a Tom le ocurre algo.

M: Por??

B: Pues… lo primero, Tom no le deja a nadie tocar sus rastas… luego, sus manos no bajan de la cintura, así que al parecer no quiere una relación de ese modo con Paula… y esta todo el día esperando que le dejen llamarla…

M: Estás insinuando que…?

B: Estoy diciendo que puede que Paula haya llegado a un punto que nadie había llegado antes con Tom…

M: Mmm… tú crees?

B: No nos hagamos ilusiones, pero es posible…

Miré el pelo de Bill. Era chulíisimo... Paula me había dado envidia, jeje… Las palabras salieron solas.

M: Puedo…?

B: Eh? Ah! Claro.

Toqué el mechón más cercano. Estaba muy suave.

M: Qué suave lo tienes…

B: Te gusta?

M: Mucho…

B: Jeje… me alegro.

Le miré de nuevo a los ojos, y seguidamente mi mirada se posó en sus labios. Estaban tan cerca.. sólo tenía que adelantar mi cara un poco…
La canción terminó. Bill me miró.

B: Bueno…

Tom y Paula se acercaron.

T: Ha sido una noche genial!!!

B: La mejor con diferencia!

DJ: Sois los últimos.

Ya se cerraba la discoteca??? Nos lo habíamos pasado tan bien que se nos había hecho cortísima la noche.
Afuera, el chofer ya nos estaba esperando. Durante el trayecto, ninguno dijo nada, y cuando llegamos, Bill y Tom también salieron a despedirse. Paula, al ver mi cara de súplica, se puso fuera de vista.

B: Mañana qué nos toca??

M: Eh… yo creo que os dejaremos dormir hasta tarde, e iremos de compras. Luego, lo que queráis.

B: Cómo nos conocéis!!
M: Somos unas fans fieles! Ningún detalle se nos escapa!

B. Bueno, en el hotel tenemos una sala de juegos bastante chula… os la podríamos enseñar.

M: A sí?? Que bien! Entonces a las cinco estamos en la puerta de vuestro hotel, ok???

B: Ok. Maria, una cosa más…

M: Sí???

Bill se acercó, y, después de pensárselo una vez, se inclinó hacia mí. No sabía que hacer, así que cerré los ojos, y esperé.
Sentía su aliento encima mío. Lo iba a hacer! Me puse nerviosísima, pero intenté calmarme…

B: Nada, déjalo.

Y se montó en el coche.

CONTINUARÁ…