Blog en obras! xD

Hallo chicas!!! Como stais??
Ahora mismo le estoy dando unos cuantos retoques al blog, asi que no os extrañeis si meto la pata y pongo algo donde no es, o si veis algo que no acaba, etc etc. No soy mu buena con estas cosas y ya con falta d tiempo ni os cuento xD Asi que paciencia, pero SEGUIRE ACTUALIZANDO CON NORMALIDAD TODOS LOS DIAS!!! Asi que seguid visitando el blog, y dejando comments y opiniones, que es lo que mas me gusta de hacer un blog!!
Os adorooo!!
La loca de la admi,
PauLi!!!!

Fotukiss

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Capitulo... 5?

Bueno, solo vamos por el cinco y ya estoy confundiendo numeros xD Aki esta espero que os guste!!!


------------------------------------------- Lucía --------------------------------------------------------------
¡Hale! Me habían convencido, iba, y todo me pasaba por tonta. Poruqe ¿quién se iba a rendir por mirar a un friki a los ojos? Y más cuando estos son más normales imposible…
En fin, el caso es que acabé yendo… Fuimos a una terraza no muy lejos de la tienda, Cristina y yo en frente de Bill y Tom. Estos empezaron a hablae sobre el grupo y tal… cosas que no me importaban, y me empecé a preguntar por qué demonios estaba yo ahí. Empecé incluso a dibujar ropa que se me ocurría en la servilleta.
- Puff… no puedo esperar para el concierto – dijo Cristina suspirando después de un rato.
- Espero que no os decepcionemos – respondió Bill con una sonrisa.
- Jamás. Además, sólo con veros en el escenario, me conformo. Viendo videos de ese tipo fue como me hice THotelera… - dijo ella lanzándome una mirada significativa, la cual yo ignoré.
La noche pasó, y poco a poco me fui introduciendo en la conversación, en las risas… y una vez incluso me encontré a mí misma sonriendo a Bill cuando él clavó su mirada en la mía, algo que había prometido no hacer jamás.
Nos tomamos algo y nos volvimos, siempre acompañados de unos guardaespaldas… aunque eran bastante buenos, y no estaban por medio… no eran tipo lapa, así que poco importaba.
Entonces Tom me cogió del brazo y me apartó del resto.
- Bueno… ¿qué tal?- dijo sonriendo.
- Ehms… bien, ¿y tú?- respondí, un poco confusa.
- ¡Genial! Al lado de una española tan guapa como tú siempre se está bien…
Yo me quedé callada. ¿Qué quería este tormo? Decidí que lo mejor sería cortarle el rollo.
- Bueno, pues yo creo que deberías ir con una italiana, que en opinión de tu hermano están mucho mejores.
- Mi hermano es subnormal… ¿qué haces esta noche?
- Algo que no te importa – dije indiferente.
- A lo mejor sí… - respondió él, mientras sonreía pícaramente.
Entonces Bill se acercó.
- Lucía, no me dijiste que ibas a ir al concierto de Milán.
Le miré, y luego pasé a mirar a Cristina, que a su vez miraba alegremente hacia Bill. Precioso, se lo había contado.
- Es que… ¡quería que fuera una sorpresa! –dije con un tono sarcástico, mientras me separaba de Tom.
- ¿Y te sabes alguna canción? – preguntó Bill.
- No he escuchado ninguna en mi vida – mentí -. Tengo mejores cosas que hacer… en fin, seguramente me llevaré un libro…
- Te van a encantar. ¡Si las hago yo! - dijo Tom – yo lo hago bien todo – en este punto me miró pícaramente -. TODO.
No pude evitar reírme. Era demasiada tontería junta.
- Yo he querido enseñarle algunas, pero no me deja – intervino Cristina -. Pero a lo mejor, si cantas ahora, te escucha…
Y Bill, como llevaba unas cuantas copas encima, se aclaró la garganta y empezó a cantar. La reconocí al instante: era la que había escuchado en el coche.
La letra volvió a impactarme mucho, y esta vez no conseguí controlarme, y me metí en esos ojos que tan normales me habían parecido, pero que ahora parecían mágicos.
La canción terminó con una sonrisa de Bill. Entonces Cris apoyó la cabeza en el pecho de Bill y dijo emocionada:
-Tienes una voz maravillosa, Bill.
- Eso me dicen – y mientras tanto rodeó a Cristina con sus brazos, lo que me recordó que Bill era de Cris y… un momento! ¿Por qué me estoy planteando esta estupidez? A mí no me gustaba semejante… semejante flindonflin! Entonces Tom volvió a la carga, y me rodeó la cintura.
- Siento que hayas tenido que escuchar a mi hermano en este estado- me susurró al oído.
- Tranquilo, no es peor que normalmente… - le respondí, y los dos nos reímos.
Me fijé en lo atractivo que podía resultar su piercing en el labio, y sus rastas rubias bajo las luces de la ciudad, pero claro, tuvo que romper el encanto.
- Prefieres que te acompañe a tu casa… - sonrió – ¿O será mejor en mi hotel?
El rastafari estaba bueno, todo hay que decirlo, pero yo sot una romanticona y eso no me iba…
- ¡Tom! No seas así… ¡Estabas más gracioso antes!
- ¿Pues ya verás después!
- Tom, no… que no estás en estado… - le dije clavándole el dedo en la mejilla mientras me separaba de él.
- Bueno, ¿a dónde vamos? – dijo Bill que ya se había separado de Cris, gracias a Dios… gracias a Dios porque… porque… porque no quería que mi mejor amiga acabara con semejante espécimen!
- Yo a la cama – respondí bostezando, serían las cuatro de la mañana y mañana tenía que estudiar…
- Yo también – dijo Tom, mirándome. Pero bueno, este crío… ¡tenía un serio problema!
- Tom, ya no hace gracia… - protestó Bill – te acompaño a casa, Lucía.
- No hace falta en serio…
- Venga, que hay muy malas pintas…
- Anda que la tuya… - dije yo con una sonrisa.
Total, que primero pasamos por la casa de Cris, que estaba más cerca, y luego llegamos a mi casa. Cuando vi el portal me di cuenta de que no quería entrar.
- Bueno, ¿te ha sido leve? – me dijo Bill.
- Sí…
Tom se me acercó.
- ¿Seguro que no quieres? – me dijo rodeándome la cintura.
- No, Tom.
- No sabes lo que te pierdes… en fin, otro día será – le dejé por caso imposible -. Dulces sueños.
- Adiós.
Tom me abrazó y se fue alejando con los guardaespaldas, dejándonos a Bill y a mí solos. Él entonces se me acercó un poco más.
- Te iba a dar un abrazo, pero supongo que no quieres que te contamine, ¿no?
Se me quedó mirando con esos ojos tan expresivos que tenía, que ahora estaban negros. Espero que sólo hubiera sido un efecto del alcohol, pero la misma sensación que tuve en la tienda que me atraía a él y que hacía que quisiera besarle se hizo más fuerte.
Así que le abracé con todas mis fuerzas, y el me rodeó con sus brazos y apoyó su cara en mi pelo.
- Bill… siento mucho haberte estado molestando todo el tiempo… No te lo mereces.
- Lucía, no tienes por qué mentir – me susurró.
- No puedo mentirte… - le respondí yo.
Él sin soltarme me miró a los ojos y un escalofrío recorrió mi espalda.
- BILL! LA LIMUSINA!
Bill entonces a duras penas se separó de mí con un suspiro, y me dio un beso en la mejilla. Yo de la sorpresa me llevé la mano donde me había besado. Él sonrió y torció la calle, dejándome con el corazón confundido.

CONTINUARÁ…

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