Blog en obras! xD

Hallo chicas!!! Como stais??
Ahora mismo le estoy dando unos cuantos retoques al blog, asi que no os extrañeis si meto la pata y pongo algo donde no es, o si veis algo que no acaba, etc etc. No soy mu buena con estas cosas y ya con falta d tiempo ni os cuento xD Asi que paciencia, pero SEGUIRE ACTUALIZANDO CON NORMALIDAD TODOS LOS DIAS!!! Asi que seguid visitando el blog, y dejando comments y opiniones, que es lo que mas me gusta de hacer un blog!!
Os adorooo!!
La loca de la admi,
PauLi!!!!

Fotukiss

viernes, 24 de abril de 2009

Capitulo 39!!!!!!!!!!!!!

Por fiinn escritooo xD xD
Bueno, he intentado escribirlo lo antes posible para recompensaros, asi que me ha salido un poco mierda, pero bueno, meri me ha dixo que va a intentar escribir el siguiente lo antes posible asi que a ver si podemos confiar en su palabra... Bueno, no me enrollo mas, espero que os guste y plis plis plis dejad comments!!!!!!!!!!!! Os adoroooo



Capítulo 39
--------------------- Cris -----------------------
-¿Alguna noticia de Lucía? – pregunté, aunque intuía la respuesta, mientras intentaba calmarme.
Tito y Bill negaron con la cabeza.
- Estamos haciendo lo que podemos – dijo Tito – Ahora la están buscando por Suiza, y Bill está hablando de ella en cada entrevista…
Asentí. Llevábamos así siglos, y no habíamos conseguido nada, pero no iba a pelearme también con ellos.
- No hay manera de contactar con ellos, ¿no?
- A no ser que llamen…
- Que no han hecho, ¿no?
De nuevo negaron con la cabeza. Teníamos todos unas ojeras que se podían a kilómetros de distancia, y para colmo teníamos visitas y llamadas de todo el mundo. Parecía más que si la hubieran secuestrado como si estuviera…
Quité esos pensamientos de mi cabeza, mientras sentía que alguien me abrazaba por atrás: era Andreas.
- Tranquila, Cris. Todo va a salir bien.
Había oído esas palabras tantas veces que ya habían perdido sentido. ¿Cuánto tiempo estaremos así?
- Voy a comer algo – susurré.
Tom estaba en la cocina, hablando por teléfono, y por su cara asumí que no estaba teniendo una conversación agradable. Miré en la nevera, pero apenas había comida, y nada parecía apetecible. Cogí una cerveza, y me apoyé en la encimera, mirando por la ventana. Milán estaba preciosa. EL sol de verano posaba sus rayos en los árboles y en el río y soltaba destellos plateados al reflejarse. Las mujeres paseaban con los niños, y la gente iba sin prisa, con la alegría de no trabajar brillando en sus ojos. Parecía que toda la tristeza y desesperación estaba encerrada en estas cuatro paredes…
Tom se colocó al lado mío. Le pase la cerveza y le dio un trago.
- ¿Quién era? – pregunté.
- Nuestro manager, está subiéndose por las paredes. Dice que no podemos atrasar tanto la gira.
- Mmm…
Tomé un poco de la cerveza, esperando emborracharme pronto.
Tom me rodeó con los brazos y me besó el pelo. Últimamente nos gritábamos y nos enfadábamos más de la cuenta, y a él después le venía una oleada de culpabilidad y me pedía perdón por cada cosa que decía, aunque normalmente yo empezaba la pelea.
Oí al bebé empezar a llorar y fui a por él intentando controlar mi rabia. Este crío ya me tenía harta de verdad. ¡No se podía callar ni por media hora! Le saqué de la cuna y le acuné cantando la primera nana que se me ocurrió. Cogí el biberón, pero estaba vacío…
- Tom, ¿puedes hacerle el biberón al crío?
- ¿Yo? ¡Yo no sé ni ponerle la tapa!
De verdad, cuando a los hombres les quitan la pelota de las manos, no saben qué hacer con ellas… Si me tocaba criar a ese bebé, me iba a ocupar seriamente de que eso cambiara.
- Bueno, entonces sujétalo.
Tom había cogido maña con cogerlo, así que se lo pasé sin miedo a que ocurriera una desgracia, y empecé a conectar la batidora.
- ¡Hooola pequeñín! – empezó Andreas - . ¿Quién soy yo? El tío… ¡Andreas! AN-DRE-AS. ¿Lo puedes decir? ¿No?
Las caras de Andreas muchas veces valían para que se callara, al menos por un rato, pero en ese momento, lo único que quería era comer, así que siguió gimoteando y revolviéndose en los brazos de Tom.
Intenté ignorar mi dolor de cabeza por tanto ruido (aunque era imposible) mientras batía los cereales. Cuando terminé le di el biberón a Tom, quien lo metió en la boca del bebé. Él lo agarró y bebió ávidamente.
- ¡Estoy hartándome de ese crío, hablo en serio! – soltó Tito en italiano -. Cristina, puedo hablar con la mujer, y en cinco minutos tendremos paz en esta casa.
Suspiré.
- ¿Lo harías por mí?
- Por supuesto, soy Tito Favini.
Era verdad. ¿Por qué no? Era experto en negocios…
- ¿Qué pasa? – preguntó Tom al ver mi sonrisa de agradecimiento a Tito.
- Va a hablar con Olivia para que se quede con el bebé.
Tom se encogió de hombros.
- Lo he intentado mil veces, y nada.
- Pues hazte el análisis. Pero yo no voy a aguantar mucho más…
- Y dale perico al torno… ¡que no voy a hacerlo público!
- Dale tres días a esa achica y ya se encargará…
- Bueno, que sí, Tito, ve a hablar con ella, pero no tengo yo tantas esperanzas…
Tito sonrió satisfecho.
- Pasado mañana tendremos esta casa sin bebé, os lo aseguro.
- Mmm…
Fui al salón, donde estaba Bill, de pie mirando por el ventanal con ojos ausentes. Le cogí la mano y se la apreté afectuosamente. Él me miró y me sonrió.
- ¿Qué tal va el pequeñín?
- Tirando…
- ¿Y tú?
- …
- Lo siento.
- Tranquilo. No es tu culpa.
Él desvió la mirada. Me puse enfrente suyo y le cogí la cara.
- Bill, deja de culparte a ti mismo. Nada de esto es tu culpa.
- ¿Que no? OS estoy haciendo sufrir a todos por mi torpeza. Y si no hubiera sido tan idiota de romper con ella cuando sé que la amo habría estado ahí con ella…
- … y te habrían hecho daño a ti también. Y entonces sí que nos habría matado a Tom y a mí. Además, cualquier persona que se encuentra un tío por la mañana en el cuarto de su novia saca conclusiones como las tuyas. Y después fue el orgullo de Lucía lo que se interponía, así que…
- Si al menos hubiera ido a su casa unos minutos antes…
- … a lo mejor estabas en la misma situación que ella.
- Pero al menos sabría si ella está viva.
- Bill, no eres el único que la echa de menos – solté con un tono más cortante del que pretendía.
Bill se quedó callado por un rato.
- Lo siento, soy un estúpido egoísta.
- Tranquilo, nos ocurre a todos a veces.
Me abrazó suavemente.
- Gracias. No sé qué haría sin ti.
Le abracé de vuelta y cerré los ojos. Por un momento pensé que si los abría, Bill, Tom y Andreas habrían desaparecido, que me encontraría en mi cuarto cubierto de pósters, con Lucía durmiendo plácidamente a mi lado…
- Estoy agotada, me voy a dormir, ¿vale?
- Buenas noches, cariño – dijo Tom, quien había llegado al salón y estaba detrás de mí.
Me giré y me puse de puntillas para besar sus labios. Me despedí de todos con la mano y crucé el enorme pasillo para llegar al cuarto donde dormíamos Tom y yo.
Tiré mi ropa sobre una silla y me puse la primera camiseta de Tom que encontré en el armario. Me lavé los dientes y me miré al espejo. Esa no era la Cris que yo conocía. Había adelgazado bastante, y también mi pelo había crecido. Lo tenía en una coleta, y me llegaba hasta los omóplatos, haciendo rizos cobrizos no definidos, y algunos se me habían escapado de la coleta y colgaban alrededor de mis mejillas pálidas. No, no era la Cristina que yo conocía.
Abrí las sábanas y me tiré en la cama. Estuve un rato mirando al techo con una sensación inmensa de soledad en la cabeza. Hacía siglos que no iba a mi casa… la echaba de menos. Echaba de menos la comodidad que me daba, mi vida de niña, donde no había problemas…
Algo húmedo acarició mi mejilla lentamente. Una lágrima… ¿otra vez?
Bah, no importa. Era mejor desahogarse, aunque fuera en silencio.
Dejé que el dolor y la nostalgia se apoderaran de mí... Como todas las otras noches. Lloraba, echaba de menos todo lo que no tenía, y luego me calmaba. Así que lloré de nuevo, no muy alto para que los chicos no se dieran cuenta.
Después de un rato la tristeza se alejó, dejando paso al sueño, y me quedé dormida.

------------------------- Tom ---------------------------
Tito se fue poco después de Cristina, y nos quedamos los tres solos. Andreas encendió la televisión,, pero todos la mirábamos sin verla de verdad. Al final, Bill también se fue a dormir.
- Qué silencio, ¿verdad? – susurró Andreas.
- Espero que el bebé duerma por un rato…
- Estás un poco harto del crío, ¿no?
- La verdad es que no lo soporto más… y por otra parte, Cristina no se merece esto.
- Ya ves, pobrecita. Cuando me hablaste de ella supe que iba a tener problemas, pero no de este tipo… Tito va a hablar con la madre, ¿no?
- Sí, pero no creo que sirva de algo…
- Pues entonces la única salida es un análisis.
- ¿Es que no lo comprendéis? Se enteraría medio mundo…
- Vale, haz lo que quieras – se encogió de hombros -. Yo me voy a ir a Alemania y no voy a ser el que lo soporte…
Desvié la mirada.
- Además, imagínate… que es mío. ¿Qué hago?
Andreas me miró extrañado.
- Pensaba que estabas seguro de que no lo era.
- Intento parecerlo para que Cristina no se preocupe, pero…
- ¿Te acuerdas de ella, acaso?
- ¿Sinceramente pretendes que me acuerde de todas?
Andreas se quedó callado durante un rato.
- Pues, lo siento – empezó -, pero es la única salida que veo. Si no es tu hijo, tendrán que llevárselo, y si lo es… no tienes más pascuas que quedártelo.
Silencio. Me odiaba a mí mismo por dudar tanto.
- Sabes, espera a mañana. Háblalo con Cristina, y tomad una decisión juntos.
Asentí. Era la única salida… Lo que Cristina dijera. Ta tenía sueño, así que me levanté y me dirigí a mi habitación.
Cristina estaba dormida en su lado habitual de la cama, con las dos manos debajo de su mejilla. Me tumbé junto a ella y estuve observándola un rato.
Me gustaba verla dormir. Aspiraba tranquilidad, paz… Como si todos los problemas del día se fueran… para luego volver con la mañana.
Le quité una lágrima que le quedaba en la cara, con suavidad para no despertarla. Antes me preocupaba cuando veía que había llorado por la noche, pero ahora lo hacía con tanta frecuencia que lo único que sentía era pena y deseo de reconfortarla. Aunque sabía que era en vano, porque no podía traer a Lucía de vuelta.
Le besé la frente y la cubrí un poco con las mantas y cerré los ojos, asombrándome de cuánto había cambiado desde que llegué a Milán por primera vez.


---------------------- Cris -----------------------
Tito corró con un portazo.
- ¡Será insolente esa cría!
- ¿Qué ha pasado? – pregunté - ¿Qué te ha dicho?
- Le he ofrecido de todo: regalos, dinero, una casa… ¡y nada! “El dinero no puede cambiar el hecho de que Tom sea padre.”– gritó imitando a Olivia.
- Os lo dije – suspiró Tom, que estaba sentado en el sofá con expresión resignada.
- Pero…
- ¡Ah! Y no hay que olvidar la oleada de paparazzis que me han recibido preguntándome sobre el hijo de Tom Kaulitz.
Miré a Tom. Menudo lío…
Bill apareció por la puerta de la cocina.
- Entonces, ¿no nos hemos librado del bebé?
Tito negó con la cabeza.
- Estoy harto, voy a ver si la comida me tranquiliza un poco… - dijo mientras chocada su puño con el de Bill. Tanto tiempo juntos había conseguido que se hicieran amigos. Algo positivo en todo esto…
Me senté en el sofá y Tom me rodeó con su brazo. Estuvimos así un rato hasta que rompió el silencio.
- He decidido hacerme el análisis de ADN.
Me enderecé.
- ¿En serio?
- No es que tenga muchas opciones… todo el mundo lo sabe ya y Olivia no va a aceptar nada a cambio. Así que tendré que hacérmelo algún día…
- Esperemos que salga bien todo.
- Sí.
Bueno, no sabía cómo tomarme la noticia. Podía ser buena: así sabría de una vez si esto era verdad o una pesadilla. Pero también resultaba mala: ¿Y si era su hijo?
- Gracias- susurró Tom.
- ¿Por? –pregunté.
- Por todo esto. No te lo mereces. Has tenido tantos problemas por mi culpa… es cierto, soy un putón verbenero, y tú no tienes por qué cargar con ello. Si no quieres, sólo dímelo, en serio, yo te apoyaré. Simplemente quiero que sepas que te quier-
- Shhh. – le puse un dedo en los labios -. Es verdad que he tenido que soportar mucho, y más que voy a soportar. Pero no pretendo dejarte. Te quiero, ¿vale?
Él asintió.
- ¿Tú me quieres de verdad?
Asintió de nuevo.
- Entonces no hay de qué hablar. Supongo que esto no puede ser eterno…
Tom sonrió, cogió mi barbilla y me besó delicadamente. Acaricié su mejilla y le devolví el beso lo mejor que pude. Cuando apartó sus labios de los míos rodeé su cuello con fuerza para que no se separara de mí. Hacía tanto tiempo que no tenía un momento privado con él que no quería que éste terminara.
Pero termine. Tito casi saltó desde la cocina hasta la ventana, después al sofá, y siguió moviéndose por la casa mientras hablaba por teléfono, tan rápido que no podía entenderle. Me levanté y fui a su lado, pidiendo una explicación.
Él colgó y lo que me dijo después hizo que las lágrimas salieran disparadas de mis ojos.
- Saben dónde está Lucía.
CONTINUARÁ…

6 comentarios:

Lisita dijo...

noooooooooooooooooooo!!!..
pero cmo pueden dejarlo asi???...
jooo no se vale dajrlo tan interesante!!! xD..
wno ps ahora no queda otra q esperar.. porfis ponganlo prontooo!!..
muy wno el capi!!.. m encanto!! ^^..
wno se cuidan, bsitos!! Byee :D

Anónimo dijo...

DIOOS!!! me encntaa!!!
mia llevO SDE EL DOMINGO lellendome el fick jaja y me encntaa!! yo leo x lo mnos 3 fick d algunos blogs y T PROMETRO q este es el mejor!! esq puff...q INTERESANTEE!!! xfavorr poner el proximoo muuy prontoo!!
:D
y aver cndo pasa algo feliz...jaja
adioooss
y suertee!!


By:aRy

noe dijo...

chica te felicito por que escribes muy muy bien, yo no soy unafans del grupo, trabajo para una editorial y una sobrina me comento tu historia y me he metido para verla
felicidades

noe dijo...

mi sobrina es noe visiten su blogs por que ella si que es super fans de tokio hotel y asi nos podemos poner en contacto, para hablar de tu historia

aini dijo...

seguirlo pronttoo x favor!

Unknown dijo...

oiie y komo sigue
soy fan me enksnta el
fic
porfa mi korreo
daisuketeamo_rioga@hotmail.com


plisss agrgame o pasame el ka final o los finales