Capitulo 14

Wenooo!!! Aki esta el siguiente capii!! Espero que os guste! Küsse wapas!

Capítulo 14
----------------- Cristina ---------------------------
Hola. Me llamo Cristina. Cristina Kaulitz! ¿Por qué? PORQUE SOY LA NOVIA DE BILL KAULITZ! Por fin, mi mayor sueño se había hecho realidad. ¿Qué más podía pedir? Bueno, vale, casarme con él y tener 3 pares de gemelos xD, pero bueno… por algo se empieza.
Estaba cerrando los ojos para seguir con más ensoñaciones cuando sonó el móvil.
- ¿Hola?
- Cris?
- Hola, Bill.
- Ehm… qué te iba a decir… ¿podemos quedar?
- Pues… claro, ¿dónde?
- No sé… en la heladería, como siempre, no?
- Venga, un beso.
- Tchüss.
Siempre quedábamos en la heladería de al lado de mi casa. No era un lugar cutre, tenía su encanto, pero no era muy popular, y estaba bastante apartada… buena para un famoso, se podría decir.
Me puse la primera ropa decente que encontré… vale, después de media hora de pensarlo… y bajé a la heladería. Después de un rato llegó Bill.
- Hola.
- Hola…
- Te noto un poco serio, ¿qué pasa, mi niño? – le pregunté mientras le daba un beso en la comisura de los labios.
- Esta noche es la gala – se limitó a decir, pero no hacía falta más palabras.
Suspiré, y él bajó la cabeza con tristeza.
-… y luego te irás a Alemania.
- Cris, lo siento.
- Tranquilo. No es culpa tuya, esto tenía que llegar.
Bill me abrazó con todas sus fuerzas.
- Te quiero, Bill.
Él entonces me besó.
- Te prometo que jamás te olvidaré. Eres una persona maravillosa.
- Jamás pensé que me dirías esto. Gracias.
- Gracias a ti.
- Seguiremos en contacto, ¿verdad? Aunque no sea de… esa manera.
- Claro, mujer.
- Prométeme que me llamarás cuando vengas a dar un concierto.
Bill me cogió la cara entre sus manos.
- Te lo prometo.
Empecé a jugar con su pelo. Nos quedamos así un buen rato, sin hablar, abrazados, intentando aplazar el momento en el que él se marcharía para siempre. Sin poder evitarlo, rompí a llorar.
- Bill, no te vayas. Te quiero – le dijo con la voz quebrada.
- Cris, sabías que esto llegaría. Por el amor de Dios, no me lo pongas más fácil.
Nos besamos por última vez. Acaricié su cara, intentando guardar su figura en mi mente, para que al menos me quedara el recuerdo.
- Que te vaya bien en la gala.
- Gracias – y éstas fueron las últimas palabras que oí de él.
Después de un minuto de incómodo silencio, cuando Bill cerró la boca, arrepintiéndose de lo que quiera que me iba a decir, él salió de la heladería, dejándome rota.
Decidí ir a ver a Lu, porque necesitaba hablar con alguien, sino acabaría deprimiéndome aún más, hasta que acabara como una vaca a causa del maldito helado de chocolate.
- ¡Lu! – dije cuando entré en su casa. Subí las escaleras y me la encontré en el sofá con un bote de helado de chocolate en la mano.
- ¿Quieres? – me dijo señalándome con el bote - ¿Qué te pasa? – dijo al verme llorar.
- ¿Qué te pasa a ti? Nunca comes chocolate por no estropear tu tipazo!
- ¿Y tú que estás llorando?
Me abracé a ella. Los ojos inflamados me escocían muchísimo por las lágrimas.
- Que Bill… Bill… Bill se va de Milán.
Lucía me miró a los ojos incrédula.
- ¿Qué?
- Que se va y no vuelve… ¡nunca! – le dije ya sin poder apenas articular palabra.
- Pero, ¿no estabais saliendo?
- Ya, pero lo hemos dejado… - Esas palabras me sentaron como una patada en el estómago.
Lucía me abrazó y nos quedamos así un largo rato. Cuando ya me tranquilicé, decidí continuar.
- Lucía… creo que deberías pedirle perdón a Bill… antes de que se vaya y cambié de número.
- Pero si no lo voy a ver más…
- Lu…
- Cris… - la miré con cara de desacuerdo – vale, vale, lo haré… y tú lo que deberías hacer es despedirte de Tom – continuó.
- Cierto, pero es que hasta que no me recupero no pienso con claridad.
- Bueno, pues ya verás como volverán – me intentó consolar Lucía.
- Mph…
Me levanté y tecleé el número de Tom.
- ¿Hallo?
- ¡Tom!
- Hombre, Cris, ¿qué tal?
- …¿cuándo os vais?
- No sé… creo que pasado mañana.
- Ah. ¿Cuándo puedes quedar? Para despedirme de ti.
- No sé, cuando te venga bien. ¿Dónde estás ahora?
- En casa de Lucía.
- ¿Quieres que pase a por ti?
- ¿Tú nunca estás ocupado?
- ¿Yo? Ja! xD
- No, lo decía por lo de la gala…
- En 10 minutos estoy en el portal de Lucía.
- Bueno, un-

Pi pi… pi pi…

Colgué con una sonrisa. No sé cómo, Tom siempre conseguía alegrarme.
Me senté en el sofá.
- Lucía, aparta el helado de mi vista.
Lucía me lo puso justo debajo de la nariz. Típico… Mmm… Qué bien olía…
- No… - dije apartando el helado.
- Mmm, qué rico está – gritó Lucía probándolo.
- Uich!
Me levanté y fui al congelador a coger un poco de helado mientras Lucía se reía de mi maravillosa fuerza de voluntad. Me cogí una bola y me senté al lado suyo.
-¿Y qué has quedado con Sexy- Tom?
- Me viene a recoger en 10 minutos.
- Wow…
Pasaron 10 minutos, y llamaron al teléfono.
- Bueno, Lu, chao!
- Dile adiós de mi parte!
- Lu, no seas así! Baja! –últimamente tenía que bregar mucho menos con ella en estos asuntos, porque no se resistió.
- Tom! – grité cuando le vi mientras me tiraba a sus brazos. Con todo el rollo de Bill hacía ya bastante que no le veía.
- Cris! Has crecido! –me dijo bromeando, abrazándome de vuelta.
Después, Tom fue a saludar a Lucía.
- ¡Hey! ¿Qué tal nuestra borde favorita?
- ¡Genial! ¿Y tú mi salidillo?
- Tan salido como siempre, guiño guiño xD. Si necesitas cualquier cosa…
- Sí, sí, llamaré a los de la asociación “Podemos olvidar el sexo poco a poco.” Bueno, Tom, pese a todo… te echaré de menos…
Tom la abrazó.
- Y yo a ti. ¿No te vienes a tomar algo?
- No, no gracias.
- Venga, adiós.
Así que como en los viejos tiempos, Tom y yo íbamos juntos de nuevo.
- ¿Y tú? ¿Me vas a echar de menos? – me preguntó Tom después de un rato.
- Más de lo que querría… pero todavía no pensemos en eso, ¿quieres?
- No me queda mucho tiempo… Bueno… ¿y qué tal con mi hermano?
Mis ojos empezaron a escocerme de nuevo. Me eché a llorar sin poder evitarlo. Tom me abrazó con fuerza.
- Bueno… Cris… deduzco que no muy bien… Por lo menos piensa que has estado con él, que no todas las fans pueden decir lo mismo; además, seguiremos en contacto.
- Sabes… empieza a gustarme Nelly Furtado… y eso que la odié cuando os quitó el premio en mi país natal… Pero es que tiene razón: Why do all things come toa n end?
Tom se rió.
- Puedes quitar el “all.” Nuestra relación es algo bonito, y no va a acabar.
Nos sonreímos.
- Gracias, Tom.
Le di un beso en la mejilla.

CONTINUARÁ…