Capitulo 19

Hallo mis niñas!!
Como stais todas??? Bueno, pos aki esta el capi 19!!!! A lo mejor los estoy poniendo muy seguidos, pero es que estoy harta!!!! quiero escribir yaaa!!!! xD Y nos kedan 10 capitulos, y no aguanto mas... este capi es mu corto, bueno, como todos los demas xD pero no pensabamos que iban a salir tan cortos... en fin, os prometo unos capis larguiiiiiiiiisimos cuando empiece a escribir nuevos capis, ok? Küsse wapas!!!


Capítulo 19
--------------------- Cris -----------------------
Todo negro.
Sentía algo cogiendo mi mano. Luego oía una voz, casi como un sollozo. Era… ¿Tom?
- Cris…
Quería abrir los ojos. ¿Qué había pasado? Dios, cómo me dolía todo…
- Cris, despierta, dime algo.
Era Tom. Quería responderle, como él me pedía, pero no podía.
- Cristina, por favor…
Perdí la conciencia.

Por fin conseguí abrir los ojos, y me encontré en la habitación de un hospital. Había un hombre con una túnica blanca, tocando algunas cosas raras que yo no comprendía, así que supuse que era el médico. Al verme me sonrió.
- Por fin has despertado.
- ¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí?
- Hace unos días te atropelló un autobús.
Entonces pude acordarme: la pelea con Tom, al salir del hotel, el impacto…
- Pero ya estás casi curada. En dos o tres días saldrás del hospital.
- ¿Cuántos días llevo aquí?
- 4. Tu novio ha estado día y noche al lado tuyo. Era imposible separarle de tu lado.
- ¿Mi novio? Si yo no tengo novio.
- Pues te trataba como la cosa que más amara en el mundo… Está fuera, ¿lo dejo pasar?
- Sí, por favor.
No tenía novio. Mi padre estaba de viaje, y no creo que el médico lo confundiera con mi novio. Y mi hermano estaba viviendo en Londres. ¿Quién era?
El médico abrió la puerta, y el corazón se me paró cuando vi a Tom entrar en la habitación.
Cuando nos miramos a los ojos le sonreí, aunque apenas tenía fuerzas. Él me devolvió la sonrisa, y se acercó.
- ¿Estás bien? – me preguntó cuando estaba a mi lado.
- Bueno… me duele todo, pero dentro de lo que cabe… estoy bien. No creo que muchas personas se encuentren como yo después de chocar contra un autobús, he tenido suerte, supongo.
- Bueno, os dejo solos – dijo el hombre con una sonrisa amable mientras salía de la habitación, pero ninguno de los dos le prestaba atención.
Tom me sonreía, y estaba tan cerca de mí que nuestras frentes casi se rozaban.
Entonces noté que tenía ojeras.
- Tom, ¿dónde has dormido?
- Pues… aquí.
- ¿Aquí?
- Sí.
- ¿Dónde? No hay cama.
Tom echó un vistazo a la silla que había al lado de mi cama.
- ¡Pero si eso es incomodísimo!
- Ya, pero… Solo quería estar aquí, contigo.
Jamás pensé que me creería estas palabras de parte de Tom, el Ligón, infiel… pero sus ojos eran demasiado sinceros.
- ¿Has dormido aquí todas las noches?
- Sí.
- Bruto…
Tom de repente me abrazó como pudo.
- Dios mío, pensaba que ya no ibas a despertar…
- Pero si solo llevo 4 días…
- ¿Y yo qué sé de esto?
Me besó en la frente.
- Bueno, están todos fuera, esperando… voy a avisarles, ¿vale?
- Venga.
Tom salió de la habitación, y después de un rato entró mi madre. Me hizo las típicas preguntas de “estás bien,” “te duele algo” y “cómo ocurrió,” en la cual tuve que mentir un poco. Era un tema muy personal.
- Oye, pedazo novio que te has echado sin que yo lo supiera, ¿eh?
- ¿Qué…? Ah, Tom.
- ¿Se llama Tom?
- Sí, pero no es mi novio.
- Pues cómo te trata… y es un chico bastante…
- ¡Ay, mamá!- dije riéndome. Menos mal que jamás le había enseñado fotos de mi banda favorita, porque si no ahora me estaría bombardeando a preguntas, y no me apetecía mucho.
- Bueno, guapa, me voy contenta. No quiero darte la lata. Y como estás bien… Besos de tu padre.
- Gracias, mamá.
Me dio un beso y se fue. Entonces Bill entró.
- ¡Bill!
- ¡Cris, estás bien!
- Qué bien que estás aquí.
- Faltaría más.
- Ei, esto parece un interrogatorio, todo el mundo entrando uno por uno…
Él sonrió y se sentó en la silla.
- Cris, tengo que hablar contigo – me dijo mientras bajaba la cabeza -… sobre lo de Lucía y yo.
Una punzada de dolor recorrió mi cuerpo, así que me enderecé un poco para cambiar de postura, pero no ayudó mucho.
- Mira, lo siento muchísimo – empezó él – Soy un imbécil.
- No lo eres.
- Sí que lo soy. Te quiero mucho, y quería que fueras feliz, porque te lo mereces. Pensé que podíamos funcionar juntos, y yo acabaría olvidándome de Lucía… pero cuando me di cuenta era demasiado tarde.
- Bill, escúchame.
Él me miró a los ojos.
- Te quiero, Bill. Daría cualquier cosa en este mundo por ti. Y precisamente por eso quiero que seas feliz. Tú quieres a Lucía, y Lucía te quiere a ti. ¡Me lo has puesto demasiado fácil!
-¿Pero tú…?
Le acaricié la mejilla.
- Lo nuestro fue algo inolvidable, y jamás desaparecerá. Y quiero que sepas que siempre me tendrás aquí.
- Gracias, Cristina – me dijo sonriendo.
- Ich bin an deiner seite. ¿Lo he dicho bien?
Bill con una sonrisa asintió y me acercó a su cara y nuestros labios se despidieron en un último beso, al que yo me entregué en cuerpo y alma.

Mientras tanto…
- … Te quiero, Bill.
Tom había escuchado perfectamente las palabras de Cristina. Sin embargo, no podía aceptarlas. Ahora observaba a Bill y Cris besándose por la rejilla de la puerta. Sabía que era el último beso, como de despedida, pero apenas podía tranquilizarse. Por primera vez, tuvo celos de su hermano, besando los labios que él había besado la otra noche, y que daría su vida por hacerlo de nuevo.
¿Por qué no podía seguir siendo el chico de siempre, que se ligaba a todas, se las llevaba a la cama, y al día siguiente le gustaba otra? Él no quería enamorarse, jamás había querido. Pero Cris era tan… buena persona, tan alegre… pero, claro ¿cómo podía ella fiarse de un chico como Tom?
Se alejó de la puerta enfadado.

CONTINUARÁ…