Capitulo 4

Aki esta el capitulo 4!!!!! Estaba a punto de poner el 5... k mal estoy... en fin. Sorry que no haya actualizao, esk estoy hasta arriba! Intentare volver a la carga pronto!!!! Y PLIS PLIS PLIS PLIS PLIS COMENTAD SOBRE EL FIC!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! K como dice mery no os cuesta nada, y yo adoro leer los coments!

------------------------------ Lucía ------------------------------------
Pasó una semana, y ya me había olvidado del incidente del coche cuando él me llamó de nuevo.
- ¿Sí? – dije con un suspiro.
- Hola, ¿qué tal estás?
- Bien.
- ¿Y qué tal va el traje?
- Pues… avanzando.
- Mira… ¿de qué color es?
- Negro, ¿no?
- Ah, vale, bien.
- ¿Algo más que quieras saber?
- Ehm… no.
- Bien, adiós.
- No!
Cogí el teléfono de nuevo.
- ¿Qué pasa?
- ¿Qué tal los estudios?
- Bien, ¿por qué lo preguntas?
- Por saberlo… ¿qué estudias?
- Moda… ¿pero qué más te da?
Entonces llegó Cristina y me miró interrogante.
- ¡Mira! Aquí llegó Cristina. Te la paso para que le sigas haciendo preguntas retóricas a ella.
- Por fin una chica maja…
Le pasé el teléfono a Cris, que me seguía preguntando con la mirada, y me fui a hacer el traje de Bill. Oí un “¡Bill!” sorprendido de Cris.

--------------------------------------------- Cristina -------------------------------------------------
- ¡Bill!
- ¿Qué tal, guapa?
- Genial, ¿y tú?
- Bien, un poco cansado… pero bueno.
Sonreí, era incluso más majo de lo que me imaginaba.
- ¿Vas a ir a nuestro concierto en Milán?
- ¡Por supuesto! ¡No me lo pierdo por nada del mundo!
- Qué bien.
- ¡Allí estaremos Lucía y yo para animaros!
- ¿Lucía?
- Sí. Me va a acompañar, porque un concierto sin una amiga no tiene fuste.
- ¡Qué raro! No me dijo nada…
- Bueno, ella intenta escaquearse, pero me prometió que iría.
- Oye, Lucía es un poco borde, ¿no?
- No, para nada… Es muy maja y simpática, y no es por hacer de celestina, pero pega con tu hermano – dije sonriendo. Si eso pasara, y yo acabara con Bill, caería redonda ^^.
-Jeje… Pues conmigo más borde y no nace.
- Eso es porque tiene muchos picos de humor.
- Ah… Oye.
- ¿Sí?
- ¿Quieres ir un día a tomar algo por ahí?
¡¿Ese era Bill?! ¡¿Me iba a invitar a tomar algo?! Me quedé unos segundos mirando el teléfono perpleja.
- ¿Pasa algo? – me preguntó Bill después de un rato sin que yo respondiera.
- Eh… no, no. Es que… bueno, no estoy acostumbrada a que alguien como Bill Kaulitz me invite a tomar algo.
- Jeje, pues vete acostumbrando. Yo estoy el fin de semana que viene en Milán.
- Ah, pues ¿el sábado te parece bien?
- Venga, ¿dónde?
- Emhs… pásate por la tienda, miras qué tal va el traje y ya nos vamos por ahí.
- Genial! Bueno, ¡hasta entonces!
- Hasta el sábado, un beso – dije emocionada.
- ¡Adiós!
Colgué. ¡Había quedado con Bill Kaulitz! Lo que daría mucha gente por tener una cita con él… No podía esperar al sábado.
Fui corriendo a decírselo a Lucía, aunque sabía que no le importaba mucho.
- Lucía, Lucía! Te tengo buenísimas noticias!
- ¿Bill se va a suicidar?
- No, imbécil! ¡He quedado con él!
- Ah, debí imaginármelo… Bueno, pásatelo bien con esa cosa a la que llamas ángel…
- Gracias. Pero te diré que tampoco hay una necesidad de insultarle cada segundo. Sé que no te cae bien, pero…
Lucía dejó la tela sobre la mesa.
- Lo siento… es que, no sé por qué, estoy echando chispas…
- No hace falta que lo jures…. – dije yo con una sonrisa - Pero no la tomes con el pobre Bill, que es muy majo!
- Si tú lo dices…
Esperé impacientemente hasta el sábado, y me puse lo más guapa posible, por supuesto. Me fui casi corriendo a la tienda, para ver a Bill y a Tom ya dentro. Bill estaba hablando con Lucía, y Tom sentado en el sofá.
- ¡Hola! – dije alegremente, aunque estaba un poco confusa al ver a Tom ahí.
Bill entonces se giró y me sonrió, haciendo que me derritiera. Se acercó y me plantó dos besos.
- Hola. ¿Qué tal?
- Genial, ¿y tú?
- Muy bien.
Tom entonces se levantó con su sonrisa pícara, y al igual que Bill, me dio dos besos.
- No sabía que ibas a venir - le dije con la mejor de mis sonrisas.
- Es que se empeñó –me respondió Bill.
- Bueno, cuantos más seamos, mejor – respondí, aunque también estar a solas con Bill no estaría nada mal -. Y por eso mismo, te vas a venir tú, Lucía.
- Y tu abuela también.
- Lucía…
- ¿Qué pinto yo ahí?
- Eres mi mejor amiga.
- ¿Y?
Bill la miró.
- Anda, vente – le dijo.
Lucía fue a decir algo, pero se arrepintió a medio camino.
- No.
Entonces llegó el Tom, tan bromista como siempre.
- ¿Me vas a dejar a mí solo con estos dos?
- Esa era mi intención – dijo ella sonriendo. Desde luego estos se les habían atrancado bien.
- Lucía, si no vienes pienso llamarte toooodas las tardes para preguntarte sobre el traje – insistió Bill.
- Mira que sois pesados… Estoy deseando que pase ya la maldita gala…
Hizo ademán de irse, pero Bill le cogió del brazo.
- Por favor, vente.
Lucía se le quedó mirando con mala cara.
- ¿Bitte?
Y con un suspiro, Lucía se rindió.
- Iré. Pero por primera y última vez, ¿eh?
- ¡Bien!
Tom y yo nos levantamos, y cuando nos dirigíamos a la puerta, vi cómo por primera vez Bill y Lucía se sonreían.
CONTINUARÁ…