Capitulo 3

Aki va el capi 3!!!! Espero que os guste!!!!


---------------------------------------------- Cristina ----------------------------------------------------------
Me había sentado entre Tom y Georg, todavía sin creerme con quién estaba.
- ¿Cómo te llamas? – me preguntó Tom con una sonrisa amistosa.
- Cr-Cristina.
- No pareces italiana – me dijo Georg.
- Soy española.
- Mmm… me encantan las españolas.
- Tom, cállate – le dijo Gustav.
-¿Pero qué hacéis aquí?
- Mi hermanito, que quiere hacerse un traje.
Miré a Tom, perpleja. Estábamos acostumbrados a ver a famosos por la tienda, pero una cosa es un famoso, y otra tu cantante favorito.
- ¿Bill está aquí?
- Claro.
- Mira, ahí vienen – dijo Gustav señalando un pasillo, de donde efectivamente apareció Bill.
- No puede ser – pude decir, quedándome sin respiración.
Pero ahí estaba, el mismo andar que había visto en los videos, la misma cara juguetona con la que había soñado casi todas las noches. Al verme me sonrió y yo sentí que me mareaba. Pero como jamás me había desmayado y definitivamente no me iba a desmayar ahí, me levanté todo lo rápido que pude a saludarle.
- Esta es mi mejor amiga – me presentó Lucía -, Cristina, que está loca por ti.
- ¡Lucía!
Me puse roja. La madre que la parió... Bill se rió.
- Tranquila, ya sé que es una borde – me dijo.
- Pues anda que tú, Cris, enamorarte de este pánfilo, podrías haber tenido mejores gustos…
- Lucía, ¿qué demonios te ocurre?
Jamás le había gustado TH, pero tampoco había insultado así a Bill.
- Bueno, Bill, ¿ya has terminado? – dijo Tom, levantándose del sofá.
- ¡Esperad! – intervino Lucía, señalándome - ¿No os vais a hacer una foto con ella, o algo?
Me quedé blanca. Bill sonrió y asintió. Lucía entonces cogió la cámara de su bolso, y Bill me cogió de la cintura. Yo me acerqué a él todo lo que pude. Me hice una foto con Tom y otra con todos. ¡Estaba en la gloria!
- Y Lucía, ¿no quieres hacerte una foto con un chico guapo? – dijo Bill señalándose a sí mismo.
Lucía se encogió de hombros.
- Cuando veáis a alguno me avisáis.
Todo el mundo se rió, menos Bill, que la miraba con frustración.
- Que no, es broma – prosiguió Lucía -. Tom, ponte conmigo.
Tom con una sonrisa se acercó a ella, y cuando se cogieron Lucía le mandó una sonrisa de satisfacción a Bill. Les hice una foto y se fueron, el padre de Lucía dando mil veces las gracias y pidiéndoles que volvieran pronto. Yo no podía dejar de sonreír como una tonta. ¡Los había visto en persona!

--------------------------------------------- Lucía -------------------------------------------------------
RING RING
- ¿Hola? –descolgué con voz cansada.
- ¡Hallo! – Oh Dios mío esto era una pesadilla. ¡¿Por qué le había dado mi número de teléfono?!
- Buenas tardes, ¿tiene algún problema? – estaba cansada.
- No cierto es que no, pero… - pude imaginarme su tonta sonrisa al otro lado.
- Pues ya está, ¡adiós! –respondí cortante.
- ¡Lucíaa! ¡Que es sobre el traje!
- ¿Qué pasa?
- Que si tú piensas que es feo, arréglalo.
- ¡Como si no tuviera otra cosa que hacer!
- Oye, que te pago bien, ¿eh? Más quisieras tener a más clientes como yo…
- Lo cierto es que con uno me vale… pero me da remordimientos de conciencia… si dices de dónde es el traje nos pondrías en mal lugar… - dije sonriendo, le estaba cogiendo el truco a meterme con él xD.
- En fin… quiero que sea muy arreglado pero al mismo tiempo rockero… y que me quede al pelo…
- Se intentará…
- Oye, ¿vas a ir a mi concierto? – dijo cambiando de tono.
- Más quisieras… - no quería que se enterara.
- En fin, tú te lo pierdes.
- Venga, adiós! – y colgué.
Estábamos en una terraza con unas amigas.
- ¿Quién era? – preguntó Cristina.
- El paloli despelufao – respondí sin mucho interés.
-Aaggg!! ¿Y qué quería?
- Que le cambiara el diseño…
- ¿Nada más? – insistió ella casi saltando.
- Sí…
- ¿De qué habláis? –preguntó Camila, una amiga nuestra.
- De un cliente bastante raro – habíamos decidido no contárselo a nadie. Sólo me faltaba que me relacionaran con ellos…
- Ams.
Y seguimos hablando de básicamente… chicos.
Cuando volvíamos a casa me fui en el coche de Camila y pusimos la radio, por supuesto. De repente sonaron unos acordes de guitarra y una voz conocida pero no sabía de qué.
La canción me dejó con la boca abierta. Puff, y la letra aún más… Empecé a tararearla y Camila empezó a reírse.
- ¿Quiénes son? – pregunté desconcertada.
- ¿No lo sabes? – y la risa aumentó – Son Tokio Hotel.
Miiiiiierda. No podía ser, eso no era Tokio Hotel. A mí NO me gustaba Tokio Hotel, y jamás me gustaría. Seguro que Camila me estaba haciendo una de sus bromas.
- No, en serio, ¿quiénes son?
- Te lo juro, que son Tokio Hotel!
Cambié de radio. Camila me miró sin parar de reír.
- No es ningún delito que te guste Tokio Hotel, ¿eh?
- Pero va contra mi religión.
La canción me había dejado muerta. ¿Cómo podía hacer algo como Bill una letra así? Me acordé del momento en la tienda cuando había querido acercarme un poco más a él… No, Lucía, sal de la burbuja. Seguramente le escribirán la letra.
- No se lo digas a Cristina.
- Tranquila, ya se lo dirás tú – me respondió con una sonrisa.

CONTINUARÁ…