Bueno, la otra vez m confundi (dios, estoy grave... xD), y puse capitulo 10, pues no, ESTE es el capitulo 10, el otro era 9 xD En fin, espero que os guste y plis comentad!! Küsse wapas!!!
------------ Lucía ------------------------
Todo era perfecto: el clima, los alpes, la casa… pero ahí estaban ellos para fastidiarlo! Fui a enseñarles la casa, y cuando pasé por el sótano dijo con tono serio:
- Aquí dormís vosotros.
Todos me miraron con cara rara, de mí se esperaban de todo, pero por desgracia llegó Cris.
- Que no! Muchachos! Que os engañe Lu…
- Venga, Cris, estropea el momento… O duermen aquí o duermen contigo!
- Lucía, no me lo pongas tan a huevo! – dijo Tom con una sonrisa juguetona.
Subimos al piso de arriba y di un golpe en mi puerta.
- Y ésta es mi habitación, prohibido entrar bajo ningún concepto. Bueno… y esas son las vuestras – dije señalando unos cuartos al final del pasillo.
- Puff, menos mal, ya me veía durmiendo en el sótano – suspiró Bill.
- Eso deberías. ¿Dónde están los monstruos? EN EL SOTANO!
- Entonces, ¿qué haces aquí? – dijo Bill sonriendo mientras apoyaba su mano en el hombro.
Lo ignoré completamente.
- Se mira pero no se toca –dije en tono de superioridad quitándole la mano como si fuera una cosa tóxica -. Bueno, id a la piscina – proseguí -. Voy a encender el climatizador.
- Ah, ¿es que hay piscina climatizada? – preguntó Tom.
- Sí, so-tormo. Me podrías haber tirado ahí, ¿sabes? – respondió Cristina.
Fui a encender el calentador y a poner el bikini. Cuando llegué, todo el mundo estaba en el agua. Yo me puse las gafas de sol, más chula que nada, y me tumbé en una tumbona con los ojos cerrados.
Pasó un rato y de repente sentí que algo me tapaba el sol. Abrí un ojo. Oh Dios mío volví a cerrarlo! No podía ser él de nuevo…
- Lucía…
- ¡Estoy durmiendo! ¡Vete, no me despiertes!
Noté que se sentaba en la hamaca.
- ¿No te vas a bañar?
- Es que la piscina está llena de frikis, y no quiero contagiarme.
Bill me cogió la mano y jugueteó con mis dedos, entonces abrí los ojos.
- Bill…
- Dime.
- Voy a llamar a un centro contra la anorexia…
- ¿Por qué? Tú estás… muy buena.
- Ya, es para ti.
- Gracias por preocuparte por mí…
- Es que todavía no me has pagado… Te necesito vivo hasta entonces.
- Sabes… No te crees ni tú que me odies tanto.
- Tienes razón, Bill – dije en tono sarcástico.
- Bueno… o eso espero… dijo mirando al horizonte con la mirada perdida. Me quedé mirándolo. Su pelo le caía en los hombros mojado, y el viento jugueteaba con él, y su rostro estaba melancólico. Sus labios estabas rojos a causa del frío y sus ojos eran inescrutables, parecía que querían expresar muchas cosas, pero yo era incapaz de descifrarlas.
Estaba realmente guapo. Supongo que me estaría fijando en estas cosas porque el sol me había atontado, porque la segundo opción no me atrevía ni a pensarla. Esta segunda opción me dio miedo.
- ¡Vete! – dije con toda la frialdad que pude.
Él pareció volver de donde estuviera.
- ¿Qué? – me preguntó confuso.
- Que te vayas! No tenías que haber venido.
- Pero… si me has invitado tú!
- No, lo hizo Cristina contra mi voluntad.
- ¿Quieres que me vaya?- dijo todavía más inescrutable que antes.
Me quedé callada y agaché la cabeza, lo cierto es que no quería… Él se acercó a mí, me cogió de la barbilla e hizo que nos miráramos a los ojos.
- ¡BILL! ¿No te bañas? – le llamó Cris mientras salía de la piscina y se dirigía hacia nosotros. Bill me soltó y se volvió.
- ¡Ahora voy! Pero es que no me fío de que Lucía haya envenenado el agua, porque no se baña… - dijo sonriendo.
Nos reímos.
- Venga, voy.
Me metí en la piscina con todo el mundo. La verdad es que se estaba bien ahí dentro… Aunque intentaba no exteriorizarlo mucho.
-------------------Cristina ---------------------------
Dios, esto no podía ser verdad! Me estaba bañando con Bill Kaulitz!!! También con Tom, Gustav y Georg, pero sólo tenía ojos para Bill. Era tan guapo, tan buena persona… Cada vez que se me acercaba no sabía qué hacer, me paralizaba por completo, me hipnotizaban sus ojos…
Poco a poco fuimos saliendo de la piscina, hasta que sólo quedábamos Tom y yo. Iba a salirme cuando vi a Tom un poco depre, así que decidí animarlo.
- ¡Hallo mi Tommy!
Él sonrió.
- ¿Qué te pasa? – dije mientras le rodeaba con los brazos.
- ¿A mí? Nada…
- Tom… tú lo que necesitas es una chica…
- Pero si tengo 5 cada noche… ¡Estoy saturado! – dijo sonriendo.
- No, sabes de lo que hablo. Una chica de verdad.
- ¿Es que las otras son de goma?
- ¡Tom! – dije mientras le daba en la frente – Digo que necesitas una novia estable, que te mime, que te quiera de verdad…
Tom se encogió de hombros.
- Alguien como… Lucía – continué.
- ¡Ostras! Justo en la que estaba pensando! – dijo bromeando.
- No, en serio. Estabais monísimos en el coche, hacéis muy buena pareja… Y a Lucía le caes bastante bien…
- ¿En serio?
- Sí, sí. La tienes en el bote.
- Pero es que Lucía… Yo la veo muy centrada en su trabajo… y yo soy más juerguista… no sé, no la veo para mí.
- Pero hacéis muy buena pareja, no lo niegues… Además sería maravilloso…. Tú y Lucía… y tu hermano y… yo – dije sonriendo.
Tom miró para otro lado con cara de… no sé, una cara rara. Una mezcla entre tristeza, frustración… Jamás la había visto antes…
- ¿Tenéis pensadas ya algunas canciones para el nuevo disco? – pregunté camibanod de tema.
- Bueno… Bill escribe muchas letras, dice que está inspirado,,, pero no nos las enseña, así que…
- Ojala salga pronto… vuestras canciones son la caña!
- Jeje, gracias. Me alegro que te gusten.
- ¿A quién no?
- A mucha gente, créeme.
- Se llama envidia.
- A mí con tal de que le guste a gente como tú me vale.
Sonreí y le abracé. Él también me abrazó y nos quedamos así un rato. Suspiró.
- Tom…
- Sí?
- Es que… no me imaginaba que eras así…
- ¿Cómo creía que era?
- Pues… no sé… el típico salido, que lo único que sale de su boca es tías buenas… Sí que estás un poco loco, pero yo también…
Él se río.
- Hombre, supongo que antes era así… pero creo que todos los chicos tienen esa época, o casi todos.
- Supongo… - dije sonriendo.
Georg apareció y Tom y yo nos separamos de inmediato. Entonces nos hizo una señal con la mano.
- Ey, ¿pensáis salir de la piscina algún día?
- Ahora vamos.
Nos salimos de la piscina… Con lo bien que se estaba ahí dentro, calentito…
El tiempo se nos había pasado rápido, y cuando entramos en casa todos estaban duchados, cada uno por su cuenta, viendo la casa, escuchando música…
Me duché yo también, y en cuanto encontré a Bill fui a saludarlo.
- ¡Bill! ¿Qué tal?
Me sonrió.
- Muy bien.
- ¿Te gustan los Alpes?
- Sí, son preciosos.
- Ven, te voy a enseñar mi parte favorita de la casa – le dije cogiéndole de la mano, y le llevé al jardín, a un rincón alejado con unas vistas impresionantes del lago y de las montañas.
- ¡Qué chulo! – dijo con esa sonrisa tan juguetona. Nos sentamos en el banco.
- Siempre soñé que algún día estaría aquí contigo – las palabras salieron de mi boca sin previo aviso, y mis mejillas se encendieron.
- ¿Conmigo?
Yo asentí, y él pasó sus brazos por mis hombros.
- Bueno, pues parece que se ha cumplido – me miró con sus ojos en expresión cariñosa, y me besó suavemente en la mejilla.
Mis mejillas se encendieron aún más.
- Eso no salía en mi sueño – dije sonriendo, aunque salían otras cosas que si se las decía no volvía a hablarme ^^.
- Entonces Bill me cogió y me sentó en su regazo, y me volvió a besar, aunque desgraciadamente otra vez en la mejilla, pero lo hacía de esa forma única, como sólo él sabía…
-¿Eso tampoco salía en tu sueño? – me susurró al oído. Tuve que reprimir el impulso de juntar sus labios con los míos y besarle hasta que el sol nos dejara…
- Oye, ¿has visto el restaurante para lo de la cena con Lu? – dijo bajándome de la nube.
-¿Eink? – dije un poco sorprendida – Ah, sí, sí. He encontrado un restaurante chulo…
- Te quiero- dijo esta vez besándome en la frente.
CONTINUARÁ…